
Una piscina llena de agua cristalina, un cielo despejado y el sol acariciando la piel… suena ideal, ¿verdad? Pero a veces, lo que debería ser un oasis para relajarse o nadar sin preocupaciones se convierte en un campo de obstáculos inflables. ¿El motivo? Demasiados accesorios flotantes ocupando el vaso de la piscina.
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Sí, esos hinchables tan coloridos y divertidos —como el flamenco gigante, la colchoneta de pizza o la rosquilla con confeti— pueden parecer inofensivos al principio. Pero cuando se juntan todos, lo que era diversión se transforma en incomodidad, caos y, a veces, hasta en riesgo.
¿Qué significa que los accesorios flotantes ocupen el vaso?
Primero, aclaremos algo. El vaso de la piscina es todo el espacio que contiene el agua. Desde la pared más profunda hasta la más bajita. Es, literalmente, el lugar donde nadamos, jugamos o simplemente flotamos.
Cuando los accesorios flotantes llenan ese espacio, nadar ya no es una opción. Y no exageramos: en muchas piscinas familiares o comunitarias, puedes contar más inflables que personas.
¿Por qué nos llenamos de accesorios flotantes?
La verdad es que todos hemos caído alguna vez en la tentación. Son bonitos, decorativos, y sí, muy fotogénicos para Instagram. Pero hay más razones:
- Los niños los adoran. Les dan seguridad, juego y diversión.
- Los adultos los usan para relajarse. Una colchoneta y una bebida fría al lado… ¿quién se resiste?
- No hay normas que lo regulen. En muchas piscinas no hay límite de uso ni de tamaño.
- Nadie quiere ser el aguafiestas. Aunque molesten, pocos se atreven a pedir que los saquen.
Y así, sin darnos cuenta, los accesorios flotantes terminan adueñándose de la piscina.
Problemas que generan los accesorios flotantes en exceso
A veces creemos que no pasa nada, que caben todos. Pero cuando los accesorios flotantes se acumulan, empiezan los problemas:
🚫 1. Se pierde espacio real para nadar
Esto es lo más evidente. Te metes al agua con ganas de nadar un poco, estirar el cuerpo o enseñar a tu hijo a bucear… y no hay ni medio metro libre. Solo flotadores por todos lados, girando, chocando entre sí, ocupando cada rincón.
🛑 2. Aumentan los accidentes
Un niño puede desaparecer debajo de una colchoneta sin que nadie lo vea. Y no es un escenario hipotético: pasa más de lo que imaginamos. Además, moverse entre tantos accesorios flotantes hace que la gente se tropiece, se empuje sin querer o se lastime.
😤 3. Causa malestar entre usuarios
En piscinas comunitarias o casas rurales, lo que empieza como una diversión inocente puede terminar en discusiones.
“Tu unicornio ocupa media piscina”, “no puedo nadar porque todo está lleno”… Y claro, nadie quiere que su día de descanso se convierta en un debate.
🧼 4. Afecta la limpieza del agua
Los accesorios flotantes acumulan protector solar, restos de bebidas, polvo… y todo eso pasa al agua. Incluso pueden bloquear los skimmers o dificultar el trabajo del limpiafondos.
🧰 5. Complican el mantenimiento
Para medir el cloro, limpiar o revisar el fondo, hay que sacar todo. Y cuando hay 8 hinchables distintos (algunos mojados y enormes), esa tarea se vuelve eterna.
¿Cómo encontrar un equilibrio?
No se trata de eliminar la diversión, ni mucho menos. Los accesorios flotantes son parte del verano, y usarlos con cabeza puede ser genial. Pero sí es necesario poner ciertos límites para que todos disfruten.
✔️ Establece zonas o tiempos de uso
Puedes dividir la piscina: una zona libre para nadar y otra para flotar. O definir franjas horarias: por la mañana natación, por la tarde juego libre.
✔️ Prioriza el tamaño y el sentido común
Una colchoneta para descansar o un pequeño flotador de niño no molestan. El problema empieza con los dinosaurios de 3 metros o las islas inflables con portavasos.
✔️ Guárdalos tras su uso
Tener un arcón o espacio donde dejarlos después de usarlos es clave. No todo tiene que quedar flotando las 24 horas. De hecho, es mejor para su durabilidad.
✔️ Habla con los tuyos
En una comunidad o familia numerosa, poner algunas normas básicas evita malentendidos. No hace falta ser rígido, pero sí claro: “máximo 3 accesorios flotantes a la vez”, por ejemplo.
¿Y si ya tienes la piscina invadida?
No pasa nada. Se puede reconducir. Aquí van algunos pasos prácticos:
- Haz una limpieza general. Desinfla los que están pinchados, dobla los que no se usan y deja solo los imprescindibles.
- Mide el espacio libre. Si más del 50% del vaso está ocupado… tenemos un problema.
- Habla con quienes usan la piscina. Seguro que, con buena voluntad, todos entienden la situación.
- Fomenta el uso compartido. Que no todos usen su hinchable a la vez. Por turnos se disfruta igual o más.
Alternativas divertidas sin llenar el agua de cosas
¿Y si probamos otras formas de divertirnos sin saturar el agua?
- Juegos acuáticos fuera del vaso: pistolas de agua, rociadores o duchas solares.
- Espuma flotante tipo churro: divertida, ligera y fácil de guardar.
- Zona infantil auxiliar: una pequeña piscinita al lado para que los niños jueguen con sus flotadores mientras los adultos nadan tranquilos.
Podemos ayudarte, bien con indicaciones valorando de lo que dispones, bien enseñándote lo que recomendamos nosotros.